Anécdotas uruguayas vol. I

Estábamos en Piriápolis comiendo nuestro súper almuerzo [un tomate y dos frutas...entiéndannos, estaba todo caro y había que ahorrar porque recién empezaba el viaje] y resulta que todas las carpas vecinas estaban consumiendo sus súper menúes, como por ejemplo:

- Pizza

- Sandwiches de fiambre

- Milanesas

- Hamburguesas

- Fideos con salsa

- Ensaladas copadas

¿Qué hacían los vecinos con la comida que les sobraba? Sí. SE LA DABAN A LOS PERROS. Perros putos, podían ponerse un tenedor libre con toda la comida que tenían.

Resulta que me cansé de que los perros tuvieran más comida que nosotras. Entonces le dije a una de mis compañeras de aventura: "Así cualquiera. Yo también quiero comida...GUAU GUAU!" ¿Qué pasó entonces? El muchacho de la pizza se acercó a ofrecernos lo que les había sobrado.

NICE.